«Si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.» Mat.15:14

Da lástima saber que alguna persona nunca ha podido ver la luz, pero más lamentable es el caso de aquéllos que vieron, y recuerdan las figuras y los colores, pero ya no los pueden contemplar. En el orden espiritual es parecido: Más peligrosa es la situación de los que han perdido (o están perdiendo) la visión espiritual, que la de los otros que nunca han podido ver en este orden.
Ver espiritualmente es ver con los ojos de la fe. Comenzamos a tener visión espiritual cuando empezamos a creer al evangelio y nuestras vidas fueron cambiando de acuerdo a la Palabra de Dios. Fue más clara la visión desde que en el corazón se hizo fuerte el llamamiento, y decidimos renunciar a todo para seguir a Cristo.
Renunciamos a todo; a nuestros bienes, comodidades, derechos, independencia... Quisimos ir a donde nos mandaran, y fuimos contentos, obedeciendo en todo, y no nos fue mal. Sentimos gozo en el dolor, y en la cruz vislumbramos la corona. Dejamos de ser nuestros para ser de Cristo, sirviéndole a El y a sus pequeñitos con toda abnegación. ¡Qué claramente pudimos ver y entender así todas las cosas! Por favor, hermano, no permita que se empañe su visión espiritual ahora que estamos más cerca de ver cara a cara.
No resista al mal; no vuelva a cobrar ojo por ojo y diente por diente. No vuelva a ser mozo para ceñirse usted mismo e ir a donde quiere.

¡QUE NO SE PIERDA LA VISION ESPIRITUAL!

Spmay. B. Luis, Bejucal, 1970.